Una observación clínica ha puesto a los investigadores sobre la pista de un nuevo tratamiento para la enfermedad de Parkinson. La inyección de veneno de abeja parece frenar la degeneración lenta y progresiva de las neuronas dopaminérgicas. Un estudio presenta los primeros resultados de esta técnica y trae una nueva esperanza en la lucha contra esta enfermedad neurodegenerativa.
El veneno de abeja podría proteger a las neuronas dopaminérgicas
La idea de utilizar el veneno de abeja proviene de una observación clínica. “Un paciente que era un apicultor, el cual además estaba afectado por la enfermedad de Parkinson, se trató con inyecciones mensuales de veneno de abeja para insensibilizarse al veneno. Los síntomas relacionados con la enfermedad presentaron una regresión con el tiempo. Tomó menos medicamentos y se sintió mejor. Esto nos ha intrigado, incluso comenzamos a filmar al paciente para tratar de entender este fenómeno “, explica Andreas Hartmann. Después de esta sorprendente observación, los estudios se han centrado en el veneno de abeja y, más específicamente, en la apamina, uno de sus componentes activos. Ésta regula ciertas funciones que parecen tener un impacto significativo en la supervivencia de las neuronas dopaminérgicas.
De ratones y abejas
Para demostrar esta hipótesis, Andreas Hartmann y su equipo llevaron a cabo inyecciones de MPTP en ratones durante un periodo de 5 semanas para inducir la enfermedad de Parkinson. 48 horas después de la primera inyección, a los ratones se les administró veneno de abeja o apamina. Inmediatamente, se observó una reducción en la degeneración de las neuronas dopaminérgicas. Sin embargo, en algunos ratones, los científicos también observaron efectos secundarios después de la administración de apamina. Andreas Hartmann explica que “un péptido incorporado en una macromolécula en realidad podría tener una toxicidad diferente de esta misma macromolécula por si sola”.
Una nueva esperanza para los pacientes de Parkinson
Según Andreas Hartmann, es importante mantener la cautela: “Tenemos un cóctel que parece tener efectos satisfactorios, pero se corre el riesgo de reacciones alérgicas potencialmente mortales. En Francia, más de una docena de personas mueren cada año por picaduras de abejas. “Por lo tanto, debemos estudiar intensivamente a la apamina, sustancia activa en el veneno, con el fin de sintetizarla más tarde como un medicamento ¿O debemos analizar el veneno de abeja en su conjunto y suprimir las sustancias alergénicas? ”No es una respuesta fácil”, confiesa Andreas Hartmann. ”Es posible que los elementos alergénicos contribuyan a la protección de las neuronas dopaminérgicas.”
Este descubrimiento es un rayo de esperanza en la búsqueda de tratamientos contra la enfermedad de Parkinson. Aunque muchos experimentos aún deben llevarse a cabo, los científicos son más bien “optimistas”. Y esto no se detiene con el Parkinson, ya que algunos datos sugieren que la apiterapia, la terapia con veneno de abeja, podría tener un impacto positivo sobre la esclerosis múltiple.
Fuentes: Mysciencework, Plos One