El polen de abeja ayuda a tratar los desórdenes neurológicos por efecto del Mercurio
Posee características terapéuticas y protectoras contra los efectos neurotóxicos inducidos por la exposición al mercurio.
El Mercurio es un tóxico ambiental ampliamente expandido con efectos nocivos sobre el sistema nervioso en desarrollo y adulto.
Se realizó un estudio con el objetivo evaluar la eficacia terapéutica y protectora del grano de polen para mejorar los efectos tóxicos del Mercurio mediante la medición de parámetros bioquímicos seleccionados relacionados con el estrés oxidativo, el metabolismo energético y la neurotransmisión en homogeneizados cerebrales.
El tratamiento con Mercurio mostró un aumento en los marcadores de estrés oxidativo como la peroxidación de lípidos y la actividad de la catalasa junto con una disminución no significativa en el nivel de glutatión. El metabolismo energético deteriorado se determinó a través de la inhibición de las actividades de creatina quinasa y lactato deshidrogenasa.
Curiosamente, el tratamiento con polen de abeja fue muy eficaz en la restauración de las actividades de catalasa, lactato deshidrogenasa y creatina quinasa, además de normalizar los niveles de Mg2 +, K +, peroxidación lipídica y glutatión.
Además, se ha llegado a la conclusión de que el polen de abeja puede usarse de forma segura para mejorar el estrés oxidativo, la destoxificación deficiente así como los defectos de iones metálicos y la muerte neuronal como mecanismos críticos implicados en la etiología de numerosos trastornos neurológicos.